En estos días estuve de suerte. De repente, en un mercado discográfico que no presentaba mayores intereses para mí, que no me hacía pensar "tengo que salir ya a comprar ese disco", se vio alterado por la aparición de dos discos de dos bandas que tengo en mucha estima. Uno lo venía esperando desde hace rato, y en cierta medida ya lo conocía. EL otro cayó como del cielo. Ambos son exquisitos, cada uno con una tónica diferente, marcando su lugar. Un amigo (músico) me dijo hace poco algo que es muy cierto (la cita no es textual): "Los diseñadores se creen que saben de música y que pueden opinar al respecto". No voy a analizar o discutir dicha afirmación, sino a demostrarla verdadera en este caso, puesto que no puedo resistir la tentación de hacer un par de comentarios sobre dichos discos. Je.
"Nada es rosa" - PanzaMi banda favorita desde hace cosa de tres años -desde la primera vez que me deslumbraron en vivo-, se despachan con su cuarto disco, en donde cambian un poco el foco que habían puesto en "Infanticidio" y profundizan otros aspectos del abanico de posibilidades que nos brinda Panza (escuchar "Sonrisas de plastilina", el disco, como muestra de lo deforme y retorcido que se puede llegar a poner el asunto). El disco es una joya de punta a punta. Aquellos que ya conozcan a Panza (Sr. Myxpltz, haber oido un par de MP3 no califica como "conocer a Panza") saben qué esperar, no porque sea una banda predecible; o quizás sí, pero lo "predecible" es saber que va a estar buenísimo. Mariana Bianchini sigue siendo una cantante estremecedora, muy -muuuuy- expresiva y técnicamente impecable (escuchar todo el disco, pero prestarle especial atención a "Entropía"), muy personal una especie de nena encantadora y dulce en medio de un brote psicótico. A mi entender el gran protagonista -medio oculto- es Pablo Contursi. Las baterías están buenísimas, tanto cuando son base, que están medio "de fondo", como cuando se tornan más "protagonistas" del asunto. Sergio Alvarez sigue siendo un guitarrista muy inspirado, bastante fuera de lo convencional, creativo, ruidista, virtuoso, personal, sacado, genial, en la búsqueda constante, movedizo, imprevisible y -sobre todo- está buenísimo escucharlo. Personalmente extraño un poco al Sergio más bizarro y deforme de whammy, wah-wah, delay y solos raros. No porque ahora se haya convertido en un guitarrista de melodías redonditas y solos con estiradas con la cara de "qué feeling tiene lo que estoy tocando", sigue estando más por el lado de Frank Zappa que de Richie Sambora, pero está un poco -un poco- más normal, creo que por el sonido de las guitarras, que es más crudo, más rockero. Pero bueno, gustos son gustos.Los temas están buenísimos. Los que más me gustan son "Bailarina Anarquista", que tiene un riff medio hipnótico, lo mismo que los "motivos rítmicos" (¿existirá eso?); "¿Has querido morir?", que me hace acordar un poco a The Police, pero mucho más violento y pesado; "La conspiración", favorito personal, que es muy rockero, muy a pleno, unos riffs que te matan, ciertos aires tangueros, y con algo inusual en Panza, que es un corte y que el tema mute hacia algo más tranqui y melódico, generalmente es al revés, y es un acierto hacerlo preceder por el muy buen cover de "Detectives" (que nunca oi la original, de Charly por Fabiana Cantilo, pero esta versión es un placer), 'la maraña' es un hallazgo de las muy buenas letras de Mariana; y "DNI", que es -como oi decir- "una mezcla de folklore con Pink Floyd", muy dramática y otra gran letra con un final conciliador: "Lo que ves en mí es lo que ves en vos. Es la Música, mi amor, no me importa quién sos".

"Traje" - Pequeña Orquesta ReincidentesLa tónica de este disco, como anticipé, es bastante distinta. La Pequeña Orquesta sigue transitando el camino musical que la caracteriza, pero esta vez el acento está puedo más en los aires melancólicos y desolados, por más que haya temas que no sean estrictamente "de bajón", queda flotando un aire triste tras la escucha. Para mi gusto es un acierto que abandonen un poco su costado "kusturica/bregovich" y se acerquen un poco más a lo oscuro, incluso recuerden sus épocas dark como en "Membranas". Los paisajes desolados, el abandono, la tristeza y el escalofrío se hacen presentes en temas como "No hay un alma", "Negro y amarillo" y "No". El contrabajista Rodrigo Guerra y el pianista Guillermo Pessoa están muy inspirados, la tristeza parece que les pega muy bien. Fernández esta vez queda un poco relegado, pero sigue en competencia gracias a "Membranas", "Anoche" y "Escafado", más cerca de lo 'popular'.
Ambos discos conforman una excelente opción para el comprador indeciso o curioso. No se van a desilusionar.